EUGENIA QUEVEDO: LA VOZ FEMENINA QUE HACE VIBRAR CÓRDOBA AL RITMO DEL TUNGA‑TUNGA


En Córdoba, donde el cuarteto no es solo música, sino cultura, identidad y fiesta, una voz femenina viene marcando una nueva era del tunga‑tunga. Su nombre es Eugenia Quevedo, pero para el pueblo ya es simplemente “Euge”. Una artista que no solo canta, enciende los escenarios, contagia energía y emociona con cada nota.


Nació en San Luis, pero Córdoba la hizo suya. Y ella se entregó por completo. Con carisma, fuerza escénica y una voz que vibra en el pecho, Eugenia se convirtió en una de las grandes protagonistas de la movida tropical actual.
Empecé a cantar a los cinco años, gracias a mi papá, que era músico de folklore y cuarteto”, cuenta Eugenia. Lo suyo empezó como un juego, en peñas y festivales barriales, pero maduró con decisión. A los 12 años, pisó un casting de ShowMatch con el objetivo claro de ganarlo. “Le insistí a mi papá porque mi meta era ir y ganarlo. ¡Y gané!”, recuerda entre risas. Ahí nació la artista. Y no paró más.

De chica rebelde a mujer empoderada, Eugenia fue moldeando su carrera con autenticidad. Se probó en distintos géneros, brilló en concursos televisivos y se animó a todo, sin dejar de ser ella misma. “Soy súper divertida, independiente, amo las giras, me encanta estar con la gente”, dice con naturalidad. En su vida y en el escenario, fluye con alegría contagiosa y una energía que traspasa la pantalla.


El gran giro llegó cuando Rubén “Kesito” Pavón la invitó a sumarse a La Banda de Carlitos (LBC). Ahí encontró su lugar, su identidad, su explosión. “Esto me encanta, me llena. Amo el cuarteto y disfruto cada show como si fuera el primero”. En cada baile, su voz se vuelve himno y su presencia, una celebración.


Magia femenina con identidad propia
Eugenia no solo canta: cuenta historias, transmite emociones, pone el alma en cada tema. Desde Ojalá hasta Qué le viste, le da voz al desamor, al empoderamiento, a la pasión, a esas batallas que muchas viven y pocas se animan a cantar con tanta verdad.

Ella misma lo dice: “
La canción que más me identifica es Voy a pintarme toda. Habla de cuando una se aferra a sus amigas para olvidar a alguien. Esa soy yo”. Esa autenticidad la convierte en referente, no solo como cantante, sino como mujer.

En sus videoclips no hay poses, hay historias reales. Participan amigos, seguidores, gente de su entorno. Eugenia elige compartir, no figurar. Porque entiende que su camino es colectivo, como la música que canta.



Y aunque ama bailar, entrenar, jugar al hándbol o perderse en un gimnasio, su verdadero amor es uno solo: el escenario. “Los lunes ya estoy esperando que llegue el viernes para volver a salir de gira. Me hace feliz lo que hago”, dice sin dudar.

Una voz que emociona, un cuarteto que vibra
En cada presentación, Eugenia Quevedo lo da todo. Su potencia vocal, su entrega física, su simpatía natural y su dominio del escenario la posicionan como una de las voces femeninas más fuertes y queridas del género.

No es casualidad que el público cordobés –exigente, pasional, leal– la haya adoptado con tanto amor. En cada show, Eugenia logra lo imposible:
te hace vibrar con una balada y saltar al minuto siguiente con un tunga-tunga.
Hoy es ídola, pero sigue siendo esa chica alegre que canta con el corazón. Que brilla sin perder su esencia. Que transforma cada noche en un cuartetazo inolvidable.
Porque Eugenia no solo canta cuarteto: lo vive, lo representa y lo eleva.



Fuente de entrevista: @CumbiaTube