Comprometido con la verdad y apasionado por contar historias, Juan “Coco” Altamirano dejó una huella imborrable en el periodismo formoseño.
Juan “Coco” Altamirano fue un periodista de gran trayectoria en Formosa, reconocido por su compromiso con la verdad y su aporte invaluable al desarrollo del periodismo digital en la provincia. Nació en Avellaneda, Santa Fe, y llegó a Formosa hace más de 30 años, donde eligió quedarse, formar una familia y ejercer su vocación. En un posteo de 2021, escribió: “Hace 28 años llegué a esta provincia, más de la mitad de mi vida. Ya me puedo considerar formoseño.”
Más allá de su labor periodística, Altamirano era un hombre de valores. Su generosidad y solidaridad fueron reconocidas por colegas, amigos y lectores. No solo compartía información, sino también tiempo, enseñanzas y oportunidades. Su lema, “Vamos todos juntos”, reflejaba su espíritu colaborativo y su profundo deseo de fortalecer al periodismo desde la unidad, el respeto y la ética.
A lo largo de su carrera, participó en coberturas memorables, como el histórico traslado de muebles pertenecientes a la Guerra de la Triple Alianza hacia Paraguay, demostrando su sensibilidad por la historia, la cultura y el patrimonio regional. Su amor por el fútbol, los asados con amigos y el café bien cargado también formaban parte inseparable de su identidad.
Durante sus últimos años, Coco enfrentó con entereza una enfermedad que afectó progresivamente su salud. Aun así, nunca se rindió. Siguió al frente de su medio, escribiendo, editando y publicando con la misma pasión de siempre. Para él, el periodismo no era simplemente un trabajo: era su manera de estar en el mundo, de acompañar a otros, de ejercer la libertad.
Incluso en los momentos más difíciles, Coco nunca abandonó su vocación. Redactaba, editaba y publicaba con la misma entrega que lo caracterizó desde sus inicios. En una de sus reflexiones compartidas en redes sociales, dejó entrever su sensibilidad y su humanidad: “También podés hacer una lista, muy larga, de gestos de amor y mensajes que no veías por estar enfrascado en el laburo y teniendo al reloj como patrón.” Cada texto, cada nota, cada palabra fue un acto de resistencia y amor por el oficio. Su última tecla, su última publicación, fueron el testimonio de una entrega absoluta.
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"Seguí tu gira en lo más alto, Coco, dejando lo mejor de vos", se leyó en redes sociales tras su partida. Su legado es eterno, y su impronta seguirá marcando el camino de quienes creen en el periodismo como una herramienta de transformación, memoria y compromiso.